Lima, 21 de marzo de 2014. En este segundo número del boletín “Lago Titicaca” se analiza la importancia de la participación de los ciudadanos que puede hacer la diferencia ante situaciones extremas: desde lograr la reconstrucción de una zona afectada por grandes impactos, como la contaminación o la presión de lluvias intensas.
Un ejemplo de este último caso son los monitoreos ambientales participativos: mecanismos a través de los cuales se fomenta la participación de la ciudadanía, en especial de las comunidades junto a empresas mineras y el Estado en sus tres niveles de gobierno, para verificar -con instrumentos y parámetros técnicos -la calidad ambiental de cuerpos de agua, entre otros, posiblemente afectados por la actividad minera o alguna actividad industrial intensa.
Los monitoreos ambientales participativos objetivamente deben vigilar que se remedien los posibles daños en la calidad ambiental cuando por alguna razón exceden los estándares ambientales; así como comunicar los resultados de estos procesos a toda la población de manera transparente.
La Comisión Multisectorial Lago Titicaca (CMLT), en su complejo rol y tomando como experiencia previa dos importantes procesos de monitoreo ambiental participativo en el país, como el monitoreo ambiental sanitario participativo en Espinar (Cusco) y los monitoreos ambientales participativos realizados para evaluar la calidad ambiental en las cuencas de Corrientes, Tigre, Pastaza y Marañón, en la provincia de Loreto- tiene planificada la realización de monitoreos de este tipo, fortaleciendo su intervención multisectorial para demostrar que su creación efectivamente genera cambios. Para ello la participación vigilante y propositiva de la población es fundamental. La CMLT, en materia de cuidado de la calidad ambiental del agua, aporta además en fortalecer el Consejo.