Aprender a ser

Este cuarto pilar de la educación nos dice que la educación debe contribuir al desarrollo integral de cada persona. Cada uno es una unidad, es decir, tiene un cuerpo, una mente, una sensibilidad, un sentido estético, una responsabilidad individual y una espiritualidad.

La educación debe permitir que cada persona desarrolle y nutra un pensamiento crítico, de juicio propio, desde el cual le sea posible determinar por sí misma qué debe hacer en las diferentes circunstancias de la vida. Es decir, se busca que la persona sea libre, autónoma.

El aprender a ser permitirá que la persona desarrolle aspectos tales como:

  • Pensamiento crítico. Para llegar a él, el niño o la niña debe ejercitarse desde la infancia y se debe brindar oportunidades para que pueda ponerlo en práctica y elaborar juicios propios, es decir, para que adquiera autonomía.
  • Libertad de pensamiento, sentimiento y acción. Los niños y las niñas deben aprender desde pequeños a asumir responsabilidad sobre su ser. En la educación primaria es fundamental darles la oportunidad de desarrollar libertad de pensamiento, sentimiento y acción para que sean autónomos y capaces de tomar decisiones y elaborar juicios. Para ello se requiere que en el aula el maestro o la maestra les permita expresar sus ideas, pensamientos y sentimientos, abriendo así las puertas al diálogo y a que niños y niñas empiecen a interrogarse sobre su mundo y piensen por sí mismos, buscando un espíritu democrático de tolerancia y una actitud de entendimiento y respeto a la diversidad con capacidad crítica.
  • Creatividad e innovación. Se debe garantizar a niños y niñas un espacio en el cual se les permita explorar su capacidad creadora e innovadora.

Búsqueda del bien común. Esto implica que niños y niñas se respeten a sí mismos y respeten al otro y, también, que aprendan a actuar con justicia, solidaridad y actitud de servicio.