La deforestación y degradación de los bosques representan casi el 20% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) y cada cuatro segundos se elimina un área de bosques equivalente a una cancha de fútbol. En el Perú, la deforestación representa el 47% del total de emisiones de GEI.
Un problema como este necesita de soluciones concretas e ingeniosas. Para ello surge REDD (Reducción de las Emisiones derivadas de la Deforestación y Degradación de los bosques en los países en desarrollo) y REDD+ (Conservación, gestión sostenible de los bosques y el aumento de las reservas forestales de carbono). Se trata de dos iniciativas para reducir las emisiones de carbono derivadas de la deforestación y degradación de los bosques, convirtiéndose en un mecanismo de mitigación del cambio climático que tiene como finalidad disminuir los GEI producidos por uso del suelo, cambio de uso del suelo y silvicultura (uso de los bosques).
REDD+ busca la compensación de emisiones de carbono mediante bonos. Los países que quieren reducir sus emisiones de carbono, transmiten beneficios económicos a aquellos que conservan superficies de selva y realizan prácticas sustentables en bosques con la participación de usuarios de bosques y poblaciones indígenas. El mecanismo es simple: la entidad calcula su impacto en emisiones de carbono y lo compensa en territorios boscosos como la Amazonía. De esta manera, aunque no existan bosques a miles de kilómetros a la redonda de la entidad, esta puede reducir las emisiones de carbono comprando bonos. Cada bono equivale a una tonelada de carbono.
REDD+ aún está en proceso de construcción en el mundo. En el Perú lo lidera el Ministerio del Ambiente (MINAM) y es financiado por organizaciones internacionales como la fundación Moore y el Banco Alemán KFW.