Hace dos años, en la comunidad de Santa Inés, se firmó de manera unánime el cambio. Sus habitantes se comprometieron, con un acta, a cuidar su tierra y a mantener lejos a sus animales. A recuperar el ciclo de fertilidad de su tierra. A veces hay que perderlo todo para empezar a valorarlo. El Programa de Desarrollo Económico Sostenible y Gestión Estratégica de los Recursos Naturales (PRODERN) quiere evitar que se llegue a ese punto para tomar conciencia: su objetivo es poner en valor el Patrimonio Natural de distintas comunidades de Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Junín y Pasco.
¿Cuánto valen los bienes y servicios que la naturaleza les brinda a una comunidad? Para conocer esta respuesta, el Ministerio del Ambiente, con el apoyo de la Agencia Belga de Desarrollo, empezaron a generar información, a fin de saber cuáles son los recursos de determinadas localidades y entender cuál es la importancia de cada uno. En el 2011, se intervino en la zona más deprimida de los Andes peruanos para gestionar mejor el patrimonio natural con una visión estratégica.
Esto se logra desarrollando cuatro componentes: Ordenamiento territorial, Diversidad biológica, Puesta en valor del patrimonio natural, y Comunicación e información. Para esto, realizaron reuniones, talleres y entrevistas con pobladores de distintas comunidades. Con esos conocimientos, hoy muchas personas de esas regiones del país realizan sus actividades económicas en armonía y cuidado del medio ambiente.