El Comité Multisectorial encargado del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN) sistemáticamente monitorea y estima el arribo de ondas oceánicas Kelvin cálidas y frías a nuestras costas. Esto con el fin de prever las variaciones de la temperatura de la superficie del mar, su impacto en las temperaturas del aire y, de ser el caso, su relación con las precipitaciones, cuando coincide con el período lluvioso. En muchos casos, su impacto es de corta duración en el tiempo y en otros casos pueden ser el inicio de un episodio El Niño.
Cuando los vientos alisios (que soplan de este a oeste a lo largo del ecuador) se debilitan en varias zonas del Pacífico ecuatorial, pueden generarse ondas Kelvin oceánicas ecuatoriales cálidas (ondas de gravedad modificadas por la rotación de la tierra) que se propagan hacia las costas sudamericanas. Las ondas Kelvin se forman cerca de Indonesia (Pacífico occidental) en una zona denominada como piscina caliente, el área más grande de aguas cálidas de nuestro planeta. Estas ondas viajan hacia el este en dirección a Sudamérica, profundizando la termoclina. Su velocidad de propagación es en promedio de 2 a 3 m/s, por lo que su arribo desde el centro del Pacífico ecuatorial hasta nuestras costas demora unos dos meses.
La Red-TAO (conjunto de boyas a lo largo del Pacífico ecuatorial) es uno de los sistemas de observación más confiables para monitorear la temperatura del agua de mar superficial y sub-superficial, los vientos, la temperatura atmosférica y la humedad relativa en las regiones de monitoreo de El Niño. La observación por satélites también juega un rol importante ya que pueden medir la altura de la superficie del océano, vientos superficiales, entre otros. Estas tecnologías, sumadas a los modelos numéricos de propagación de estas ondas, permiten su rastreo y la estimación de su llegada a las costas de Sudamérica.
FUENTE: “El Fenómeno El Niño en el Perú”, SENAMHI. Año 2014