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Parte uno | El progreso hacia el desarrollo sostenible >> Capítulo 4 | Sociedad y ambiente
4.1. Calidad ambiental de vida
4.1.1. Impactos de la degradación del ambiente y la contaminación en la salud humana
· La contaminación ambiental tiene una incidencia importante en las EDA e IRA. Estas enfermedades afectan con mayor preminencia, intensidad y vulnerabilidad a los niños menores de 5 años. En términos de la evolución de estos indicadores, se observa una mayor reducción en la incidencia de EDA en el ámbito nacional, algo menor para el caso de IRA.
· Las variaciones y cambios que presenta el ambiente afectan a las condiciones de vida de la población; a las diferentes actividades productivas, económicas y sociales.
· Las emergencias por fenómenos naturales se han incrementado entre el 2003 al 2013 en 54,6 %. Las heladas también se vieron incrementadas, y asociadas a vientos fuertes y granizadas.
· El mayor número de vehículos y la antigüedad de la flota vehicular, especialmente para transporte urbano de pasajeros, han incidido en una mayor contaminación de la calidad del aire; sobre todo, en las principales ciudades del país.
La contaminación ambiental tiene una incidencia importante en las enfermedades diarreicas agudas (EDA) y en las infecciones respiratorias agudas (IRA). Estas enfermedades afectan en general a toda la población; pero con mayor preminencia, intensidad y vulnerabilidad a los niños menores de 5 años.
En términos de la evolución de estos indicadores, se observa una mayor reducción en la incidencia de EDA en el ámbito nacional, aunque menor para el caso de IRA. Según los casos diagnosticados por los establecimientos de salud del Ministerio de Salud (Minsa), hay una disminución porcentual de 50,2 % de los casos de EDA y de 28,6 % en las IRA para los menores de 5 años entre el 2003 y 2013. En tanto que, para la población en general, la disminución ha sido mucho menor: 28,7 % para las EDA y 2,0 % para IRA. En resumidas cuentas, en este periodo se tuvo una disminución promedio anual de 6,7 % para EDA y de 3,3 % para IRA.
Las EDA son ocasionadas por virus, bacterias, hongos o parásitos[108]. La EDA puede contagiarse por una inadecuada higiene o puede ser contraída por la ingesta de alimentos o agua contaminados. La presencia de esta enfermedad se vincula con las inadecuadas prácticas de higiene y a la no disponibilidad de fuentes mejoradas de agua y saneamiento, pues restringe la posibilidad de contar con agua segura para beber, cocinar y lavar en los hogares, así como para eliminar las excretas.
La disminución de los caso de EDA es significante; de más de un 1 609 000 casos diagnosticados por el Minsa en menores de 5 años en el 2003, se ha reducido a más de 529 000 casos en el 2013.
Fuente: Ministerio de Salud (Minsa) – Oficina General de Estadística e Informática, 2003-2013
La relación entre la ocurrencia de EDA y la disponibilidad de fuentes mejoradas de agua y saneamiento estaría mediada por condiciones del entorno como la temperatura, humedad y altitud en la que se ubica la mayor parte de la población departamental. En general, en los departamentos en las que una parte importante de su población reside en las zonas de selva, donde la alta temperatura y el alto grado de humedad relativa harían a la población más vulnerable a la proliferación de bacterias y otros microorganismos (insectos conductores de otras enfermedades también asociadas a entornos con prácticas de higiene inadecuadas), tendrían mayor incidencia de EDA[109].
Al año 2013, el 13,7 % de las instituciones educativas del área urbana y el 56,1 % del área rural no estaban conectados a red pública de agua potable. El 12,5 % de las instituciones educativas del área urbana carecen de conexión a una red de desagüe, y el 54,2 % en el área rural[110]. Esto incide aún más para que, entre la población escolar, se incrementen los riesgos de contraer enfermedades diarreicas agudas y el cólera.
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son causadas por microorganismos virales o bacterianos[111], los cuales se multiplican por la variabilidad del clima.
Según datos proporcionados por la Dirección General de Salud de las Personas (DGSP) del Ministerio de Salud, la infección respiratoria aguda (IRA) constituye un importante problema de salud pública ya que ocupa, en el país, el primer lugar dentro de las causas de morbilidad general.
Se estima que tres de cada cuatro consultas que se brindan en los servicios de los establecimientos de salud corresponden a problemas respiratorios agudos, y estos constituyen, principalmente, la primera causa de muerte en niñas y niños menores de 36 meses y en personas mayores de 60 años de edad. La neumonía es la enfermedad que mayor número de muertes causa en los niños menores de 5 años. La más alta cantidad de casos de neumonía se presentan en la sierra y selva y sur del país. Por otro lado, se han alcanzado resultados alentadores en las intervenciones encaminadas a prevenir y controlar la neumonía, especialmente la vacunación; esto incluye el uso de vacunas contra la infección por neumococo y Haemophilus influenza de tipo B, el manejo de los casos de neumonía en los centros de salud y los hospitales a través de la estrategia Atención Integrada de las Enfermedades Prevalentes en la Infancia (AIEPI).[112]
En general, las IRA en menores de 5 años se han reducido en menor proporción que las EDA; de más de 4 083 000 casos diagnosticados por el Minsa en el 2003, se ha pasado a más de 2 915 000 casos en el 2013.
Por otro lado, según el informe de Unicef e INEI, los niños y niñas de la selva se ven expuestos, tanto a las EDA como a las IRA, en mayor proporción que sus pares de la costa o sierra.
Las variaciones y cambios que presenta el medio ambiente afectan a las condiciones de vida de la población; y a las diferentes actividades productivas, económicas y sociales. En nuestro país, esto se ve claramente en el friaje y las heladas que se han presentado en los últimos años.
El friaje es el descenso de la temperatura en la selva, producido por una corriente de aire frio que invade la Amazonía peruana de sur a norte, lo que afecta a los departamentos de Madre de Dios, Ucayali, Puno, Cusco, Loreto, San Martín y Huánuco. A su paso crea condiciones extremas de mal tiempo, asociados a desastres que aquejan la vida de las personas, su entorno y actividades. Los fenómenos meteorológicos que produce el friaje son el rápido descenso de la temperatura, la descarga de lluvias y nieve, el aumento de la presión atmosférica y, también, de la velocidad de los vientos e inundaciones. En condiciones normales, la temperatura de la Amazonía puede oscilar entre los 36 °C como máximo y 22 °C como mínimo. Esto varía mucho con los friajes[113]; que puede acarrear una disminución de hasta 15 °C en solamente unas horas[114].
Los impactos que generan el friaje en la Amazonía peruana son cuantiosos, pues se produce una alteración del desarrollo normal de las actividades socioeconómicas de estas poblaciones. Hay un aumento de las IRA, brotes de paludismo, fiebre tifoidea y otras enfermedades. Asimismo, la infraestructura se ve afectada seriamente, con daños en las carreteras, puentes y canales de regadío; hay una interrupción del transporte (aéreo, terrestre y marítimo) hacia estas localidades; a su vez, caída de las conexiones de comunicación como teléfono e internet, se presentan daños a las viviendas por las fuertes lluvias y vientos, así como el aislamiento temporal de algunas comunidades. La flora y fauna también se ve afectada por los trastornos en especies forestales, vegetación natural y animales silvestres, la pérdida de los cultivos, y la muerte por frío de ganado vacuno, ovino y camélido[115].
Las emergencias por fenómenos naturales se han incrementado entre el 2003 y el 2013 en 54,6 %, lo que representa el 64,9 % del total de fenómenos ocurridos en el país en el 2013. Las heladas también se vieron incrementadas: de 73 presentadas en el 2003 se pasó a 413 emergencias para el 2013, con una subida de 340 emergencias, las mismas que han estado asociadas a vientos fuertes y granizadas.
Fuente: Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), 2003-2013
La población afectada por las heladas durante este periodo ha tenido variaciones significativas dependiendo de la duración e intensidad de este fenómeno; así, de 25 708 afectados en el 2003 se llegó a 483 281 en el 2007, luego se disminuyó a 280 930 afectados en el 2013.
Las poblaciones que están asentadas a mayor altitud son las más afectadas por las heladas. Precisamente sobre los 3 800 m. s. n. m. están asentadas las poblaciones con menores ingresos, quienes sobrellevan los fenómenos climáticos más adversos y severos; a su vez, es donde se producen las mayores pérdidas económicas. Estos efectos se hacen más notorios en las zonas altoandinas.
Los departamentos donde se presentan las heladas son Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lima, Moquegua, Pasco, Puno y Tacna. En tanto que la incidencia de friaje se presenta en los departamentos de Madre de Dios, Ucayali y Loreto[116].
El deterioro de la calidad del aire, debido fundamentalmente a las emisiones provenientes de las fuentes móviles, es otro de los problemas que afecta a las principales ciudades del país. El principal factor contaminante del aire que se respira es el producido por el parque automotor, que se expande sin regulaciones adecuadas y por las facilidades otorgadas para la importación de vehículos usados[117].
El incremento de unidades vehiculares entre el 2003 al 2013 es muy significativo: de más de 1,3 millones de vehículos en el 2003, el parque automotor se incrementó en casi el doble. Se llegó a más de 2,3 millones en el 2013, lo que implica una subida de 70,4 % ente el 2003 y el 2013. La densidad de vehículos por cada mil habitantes[118] se vio incrementado de 49,5 veh./1 000 habitantes en el 2003 a 75,1 veh./1 000 una década después. El incremento de vehículos y la antigüedad de la flota vehicular, especialmente para transporte urbano de pasajeros, han incidido en una mayor contaminación de la calidad del aire en las principales urbes del país.