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8.2. Objetivos de la política de calidad del agua

8.2.1. Objetivos y metas de la política de gestión de los recursos hídricos. Gestión de cantidad y calidad del recurso, agua superficiales, subterráneas y marinas

En el país, los objetivos de la política de la gestión de los recursos hídricos se encuentran establecidos en el Plan Nacional de Recursos Hídricos (D. S. N° 013-2015-MINAGRI), el cual se enmarca en cinco Políticas, que son: gestión de la cantidad, gestión de la calidad, gestión de la oportunidad, gestión de la cultura del agua, y adaptación al cambio climático y eventos extremos.

El Plan Nacional de Recursos Hídricos ha utilizado los instrumentos de la planificación que marca la Ley de Recursos Hídricos, donde se establecen las políticas y estrategias, que se orientan a conseguir los objetivos que definidos en la política y estrategia nacional de recursos hídricos (D. S. N° 006-2015-MINAGRI). Dichas políticas y estrategias son las siguientes:

· Lograr la conservación de los ecosistemas y los procesos hidrológicos, así como la determinación y planificación de la oferta y disponibilidad hídrica para optimizar la atención de la demanda

· Recuperar y proteger la calidad de los recursos hídricos y fiscalizar los agentes contaminantes

· Atender de manera oportuna la demanda de recursos hídricos para garantizar el acceso al agua como derecho humano

· Promover una cultura del agua por la paz para lograr la gestión integrada de los recursos hídricos con un enfoque solidario

· Identificar la variedad climática y sus impactos sobre los recursos hídricos para promover la adaptación al cambio climático y disminuir la vulnerabilidad frente a los eventos extremos

Con este marco conceptual se han identificado 30 programas de medidas, que se han estructurado a partir de los instrumentos de planificación indicados; es decir, se han organizado por estrategias y políticas, de manera que las soluciones estén alineadas con la legislación de aguas vigente. A modo de resumen, el siguiente cuadro explica cada uno de los programas incluidos en el PNRH.

Cuadro-98---Programa-de-medidas
Fuente: Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri). Autoridad Nacional del Agua (ANA).
Elaboración: Equipo técnico EsDA-MINAM.

Como se puede visualizar en el cuadro, los objetivos y metas de la gestión de los recursos hídricos, establecidos en el Plan Nacional de Recursos Hídricos, se encuentran estructurados dentro de la Política Nacional de Recursos Hídricos, los cuales se resumen a continuación:

a. Política 1: Gestión de la cantidad de agua

Para cumplir los objetivos de esta política, se han determinado las tres estrategias que se indican a continuación, que se justifican de la siguiente manera:

· Mejora del conocimiento de los recursos y las demandas. Un conocimiento insuficiente de los recursos y las demandas hídricas conlleva graves dificultades para elaborar balances hídricos rigurosos. Asimismo, dificulta el otorgamiento de derechos de uso de agua y el cobro de retribuciones económicas y tarifas. Por otra parte, crea falsas expectativas sobre disponibilidad de recursos hídricos, las cuales suelen desembocar en conflictos sociales. Entre otras consecuencias, se da una sobreexplotación de acuíferos y se dificulta la previsión de las infraestructuras necesarias para atenderlos diferentes usos. Por tanto, los programas por llevar a cabo en el marco de esta estrategia son los siguientes:

– Implantación de una Red hidrometeorológica nacional

– Aumento del conocimiento de las aguas subterráneas

– Implantación del Sistema nacional de información de la cantidad

· Mejora de la eficiencia del uso del agua y gestión de la demanda. A escala nacional, la eficiencia media del riego está en torno al 35 %, mientras que la eficiencia media en el abastecimiento de agua potable es del orden del 45 %. Para evitar que el uso ineficiente conlleve pérdida de recursos hídricos, acceso no equitativo al agua, pérdidas económicas en los sectores productivos, límite de la expansión agrícola y salinización de los suelos por exceso de riego, de manera que genere conflictos, es necesario adoptar medidas de diversa tipología: técnicas, económicas, administrativas y culturales, de las que las tres últimas se desarrollan en otras políticas. Las medidas de tipo técnico o estructural necesarias para la mejora de la eficiencia del uso del agua se distribuyen en los siguientes programas:

– Control y medición de la demanda

– Mejoramiento de los sistemas de conducción y distribución del agua

– Tecnificación del riego

– Ampliación sostenible de la frontera agrícola

· Aumento de la disponibilidad del recurso. En esta estrategia se han desarrollado los siguientes programas:

– Incremento de la regulación superficial de los recursos hídricos y la transferencia de recursos entre cuencas

– Reforestación de las cabeceras de cuencas vertientes a embalses

– Eliminación de la sobreexplotación de acuíferos

– Reutilización de aguas residuales tratadas y desalinización del agua de mar

b. Política 2: Gestión de la calidad del agua

Aunque el agua superficial disponible en el Perú es abundante, su calidad es crítica en algunas regiones del país. Este deterioro de la calidad del agua es uno de los problemas más graves, ya que es un impedimento para lograr un uso eficiente del recurso, y compromete el abastecimiento —tanto en calidad como en cantidad—, la salud de las personas, del ganado, la producción agrícola y la conservación del medio ambiente. Las fuentes naturales ven afectada su calidad por diferentes fuentes contaminantes, que merman el potencial de su utilización para usos poblacionales y productivos demandados aguas abajo. El crecimiento de las ciudades está originando el aumento de la contaminación del agua en las fuentes naturales causada por el vertimiento de aguas residuales sin tratar.

Por otro lado, se presenta la descarga de agua contaminada procedente de pasivos ambientales históricos, minería informal e ilegal, y otras actividades productivas, cuyo destino final son las fuentes naturales de agua.

Por todo ello, el objetivo general de esta política se ha enfocado en:

– Promover la mejora del conocimiento de la calidad de las aguas, su recuperación y protección

– Establecer una vigilancia, fiscalización y mitigación de las fuentes contaminantes

– Mejorar y ampliar la cobertura de los servicios de saneamiento

Para cumplir los objetivos de esta política, se determinaron las dos estrategias siguientes, que se justifican de la siguiente manera:

· Estrategia para la mejora de la calidad de las aguas. El deterioro de la calidad del agua no solo afecta los ríos para diferentes usos, sino que también produce daños ecológicos y disminuye el valor del agua como bien económico. La mejora de la calidad de las aguas es, por tanto, una tarea ineludible e inaplazable, para lo que, como primera actuación, es necesario conocer su calidad actual. Los programas que se han de llevar a cabo en el marco de esta estrategia son los siguientes:

– Programa de mejora del conocimiento de la calidad de las aguas superficiales

– Programa de mejora del conocimiento de la calidad de las aguas subterráneas

– Programa de supervisión y fiscalización de vertimientos de aguas residuales

– Programa de regulación normativa de la calidad de las aguas y buenas prácticas en el uso del agua

· Estrategia para la mejora y ampliación de la cobertura de los servicios de saneamiento. Estos servicios incluyen el suministro de agua potable y el alcantarillado, así como el tratamiento de las aguas residuales. El Estado debe garantizar el acceso de toda la población a estos servicios, a través del reconocimiento de la importancia que tienen para el cuidado de la salud pública, la superación de la pobreza, la dignidad humana, el desarrollo económico y la protección del ambiente, tanto en las poblaciones urbanas como en las rurales. Los avances logrados en el territorio peruano sobre la prestación de los servicios de saneamiento son todavía lentos, debido a la organización y estructura de la industria, la disponibilidad de los recursos, las dificultades en la aplicación del sistema tarifario, las políticas no consolidadas y tampoco asumidas por todos, y la ausencia de una visión a largo plazo, entre otras causas.

Los programas por llevar a cabo en el marco de esta estrategia son los siguientes:

– Programa de aumento de la cobertura de agua potable

– Programa de aumento de la cobertura de alcantarillado

– Programa de aumento de la cobertura de tratamiento de aguas residuales

c. Política 3: Gestión de la oportunidad

Por gestión de la oportunidad se entiende el “Atender de manera oportuna la demanda de los recursos hídricos, mejorando su distribución, temporal y espacial; garantizando el derecho al agua, en el marco de la seguridad hídrica y seguridad alimentaria priorizándose el desarrollo de infraestructura hidráulica para satisfacer la demanda hídrica poblacional y agraria en zonas de mayor vulnerabilidad.”[184].

Así, la gestión de la oportunidad es un proceso centrado en la gestión integrada de los recursos hídricos por cuencas hidrográficas —incluyendo las transfronterizas—, el fortalecimiento de aspectos administrativos de la gestión del agua y la promoción de inversiones públicas y privadas para el desarrollo de infraestructura hidráulica, con prioridad en zonas de pobreza.

Para avanzar en una gestión integrada de los recursos hídricos que permita su uso racional para maximizar el bienestar económico y social, sin comprometer su sostenibilidad y la de los ecosistemas asociados, se han definidos estrategias y cuatro programas.

· Estrategia 6 Implementación de la gestión integrada de los recursos hídricos

– Programa 19: Fortalecimiento institucional de la GIRH

– Programa 20: Fortalecimiento administrativo y económico de la GIRH

– Programa 21: Implementación de la GIRH en cuencas transfronterizas

· Estrategia 7: Desarrollo de riego y saneamiento con prioridad en zonas de pobreza

– Programa 22: Desarrollo de riego y saneamiento en zonas de pobreza

d. Política 4: Gestión de la cultura del agua

La política de la gestión de la cultura del agua se entiende como un proceso de concientización de los actores y de la sociedad en general respecto a la importancia de la gestión integrada de los recursos hídricos. Implica dar a conocer la necesidad de conservar los recursos hídricos en cantidad y calidad adecuada, potenciar su utilización eficiente, conocer y pagar los costos que lleva su disponibilidad, y de impulsar el concepto de hidrosolidaridad entre los usuarios, para construir escenarios participativos de desarrollo sostenible.

Para dar cumplida respuesta a la LRH y a la PENRH, así como a los problemas identificados en la fase de diagnóstico, se han desarrollado dos estrategias y dos programas de medidas para cada una de ellas:

· Estrategia de coordinación institucional y gobernanza hídrica:

– Programa de coordinación institucional del SNGRH

– Programa de hidrosolidaridad y gobernanza hídrica

· Estrategia de educación ambiental y cultura del agua:

– Programa de gestión del conocimiento y cultura del agua por la paz

– Programa de comunicación, difusión y sensibilización de los actores de la GIRH

e. Política 5: Adaptación al cambio climático y eventos extremos

La política de adaptación al cambio climático y eventos extremos se entiende como un proceso centrado en la investigación y elaboración de estudios sobre el clima y sus efectos sobre los recursos hídricos de las cuencas, así como en la programación de una serie de acciones para disminuir los perversos efectos de los fenómenos extremos como las inundaciones y sequías.

Para desarrollar esta política se proponen dos estrategias y dos programas:

· Estrategia para la adaptación al cambio climático:

– Programa de mejora del conocimiento de los efectos del cambio climático

– Programa de medidas de adaptación al cambio climático

· Estrategia para la gestión del riesgo por eventos extremos:

– Programa para la gestión de los riesgos de inundación, huaicos y deslizamientos

– Programa de actuación en situaciones de alerta por sequía


[184] Recuperado de http://www.ana.gob.pe/portal/gestion-del-conocimiento-girh/oportunidad

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