Si la ciudadanía no cambia su patrón de vida, el desarrollo sostenible no dejará de ser un proyecto. Para que se convierta en una realidad, la población debe asumir un rol activo y compartir obligaciones con el Estado y el sector privado.
En un contexto de una ciudadanía poco comprometida con el problema ambiental y aún incipiente en sus conceptos de democracia participativa y representativa, resulta crucial potenciar la educación, comunicación e interpretación ambiental. Por ello, se aprobó en el 2012 la Política Nacional de Educación Ambiental, y se encuentra en vía de actualización la Estrategia Nacional de Ciudadanía Ambiental. Estos instrumentos contribuirán a desarrollar la educación y la cultura ambiental, orientadas a la formación de una ciudadanía ambientalmente responsable y una sociedad peruana sostenible, competitiva, inclusiva y con identidad, teniendo al Estado como garante efectivo de los derechos ambientales de la ciudadanía.